Yo antes pensaba que las cosas que impulsaban la vida de las personas se podían ver desde dos puntos de vista, sueños e ilusiones. Los primeros, eran las ideas hermosas y virtuosas que queríamos alcanzar en nuestras vidas, como la libertad o el amor. En el segundo caso, eran todas esas cosas también deseábamos obtener pero que tenían motivos mucho menos "puros" y eran algo así como espejismos, es decir que en realidad no existían pero que ahí estaban, como por ejemplo el dinero, la fama, etc...
He cambiado de idea. De manera irónica creo que esa división que alguna vez hice no tiene tanto sentido, y que todos los motivos que nos impulsan son parecidos en el fondo, y encontré una palabrilla que ajusta más a mi gusto, los delirios. Me agrada mucho esa idea, yo creo que los únicos que de verdad tienen sueños en la vida son los niños (y de eso tampoco estoy tan seguro, no confió en ellos), que por su falta de conocimiento del mundo, aun pueden soñar sus vidas. En cambio las personas que vamos creciendo (... con eso no digo maduraremos, solo que pasamos mas tiempo en la tierra y que a la larga, algo debemos aprender) dejamos de soñar, para empezar a delirar. ¿Porqué digo esto?, aquí tienen la definición, ustedes saquen conclusiones.
El delirio, o idea delirante, debe cumplir varios requisitos:
- ser una idea firmemente sostenida pero con fundamentos lógicos inadecuados.
- ser incorregible con la experiencia o con la demostración de su imposibilidad.
- ser inadecuada para el contexto cultural del sujeto que la sostiene.
Grandeza, fama, dinero, amor, religión, justicia, libertad, felicidad y personas idealistas, cumplen los requisitos, jajajajajaja. ¡Así que a vivir nuestros sueños... perdón, nuestros delirios!
